Por Constanza Jorquera.
El 21 de julio de 2023, Warner Bros Studios y Mattel estrenaron su esperada película de Barbie, la cual se convirtió en la película más taquillera del año y fue uno de los símbolos del llamado "Year of the Girl".
Cuando pensé en el proyecto Sorité Film Society tenía muy claro que quería empezar con Greta Gerwig y que quería ver Barbie nuevamente en la forma de celebración para darle la bienvenida al nuevo año. Seis meses después de verla por primera vez el día del estreno con mis amigas en una de las experiencias más intensas emocionalmente que recuerde en el cine pudimos reunirnos en el segundo ciclo y al terminarla, entre lágrimas y sonrisas, sentimos nuestro corazón llenito.
Escrita y dirigida por Greta Gerwig, quien también escribió y dirigió Mujercitas (2019) y Lady Bird (2017), instala la discusión sobre la supervivencia de las mujeres en una sociedad dominada por los hombres y cómo las muñecas Barbie representan a las mujeres en esa sociedad, pues las famosas frases de “tú puedes ser quien quieras ser”, “Barbie es todas estas mujeres y todas estas mujeres son Barbie” pueden ser inspiradoras, pero ver la película en conjunto nos permitió problematizar la crítica hacia Barbie por perpetuar estándares de belleza poco realistas en las niñas y mujeres, y resignificar el impacto cultural hacia una valoración y celebración de nuestros intereses, los espacios seguros y de apoyo entre mujeres, abrazar a nuestra niña interior, permitirnos jugar libremente y discutir sobre las representaciones de las complejidades de la feminidad...algo en lo que Greta Gerwig ha reflejado en su obra cinematográfica al crear un viaje simultáneamente cálido y desgarrador mientras vemos la película.
En Barbieland, donde todo se ve perfecto, las Barbies gobiernan el mundo con vidas extravagantes, ocupando todos los espacios de poder en una sociedad feliz y armoniosa, mientras los Kens son... sólo Kens, tratados como accesorios para las Barbies, de forma muy similar a como fueron concebidos cuando se fabricaron en 1961, y representan cómo las mujeres han sido concebidas y tratadas históricamente en el mundo real cruzado por el patriarcado.
Cuando la burbuja de Barbieland estalla, Barbie entiende que nunca podrá recuperar la inocencia e ingenuidad que alguna vez tuvo, no debe ser perfecta y eso es imposible en el mundo real, no hay nada de malo en no saber cuál será el siguiente paso, y abraza todos los aspectos y emociones que involucran ser humana, siempre con el apoyo de buenas personas que creen en ella.
Cada vez que veo una película (y leo un libro) creada por una mujer y que problematiza la experiencia de vivir como una, y además puedo hacerlo con otras mujeres que quiero, siento una inconmensurable gratitud, claridad, sentido de pertenencia y la posibilidad de recuperar pedacitos de niñez, adolescencia, intento de adultez, reparar y sanar aquello que me(nos) rompió, mientras el mundo se despliega con múltiples oportunidades.
La película responde al tropo del "viaje del héroe", donde Barbie llega a comprender la naturaleza humana en toda su belleza y complejidad con la ayuda de quienes la rodea, y en el camino descubre su valor sólo por existir. En su viaje al mundo real, Barbie adquiere una nueva comprensión de un mundo patriarcal que desconocía, descubriendo y empatizando con las emociones que experimentan los seres humanos y conectando con la existencia de ser mujer.
Es una historia que en cada detalle nos evoca nuestros primeros recuerdos de jugar, crear mundos fantásticos, conectar con otras niñas y cómo fuimos transitando hacia la adultez que en nuestra rutina diaria también nos recuerda lo hostil que es vivir en el sistema patriarcal.
Barbie nos recuerda la importancia de ese viaje, el cual todas y todes hemos realizado, de abrirnos a sentir la experiencia humana en todas sus dimensiones, ponernos de pie y luchar contra la violencia y los roles de género, pero sin olvidar abrazar a tus amigas y a ti misma.
Gracias a todas las Barbie, a todas las Gloria y a todos los Allan en mi vida.