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Reseña: "De la sangre al agua" de Efa Christiane.

Reseña por Constanza Jorquera.
¡Muchas gracias a Efa por este libro y la confianza para reseñarlo!

“De la sangre al agua” es el primer poemario de Efa Christiane, quien muy generosamente me lo regaló para reseñarlo.
Es un recorrido inmersivamente bello en su honestidad y vulnerabilidad, que me recordó tanto la ensoñación propia de las películas de Sofia Coppola como el diario de vida de una chica que navega por las turbulencias de crecer, ser adulta y encontrar su lugar en el mundo. El libro permite conectarse con esa sensación cinematográfica, pero cotidiana, al estar acompañado de fotografías análogas de la ciudad y de sí misma, postales, hojas de una libreta escritas a mano donde Efa nos abre su cuarto propio para resonar con esas experiencias compartidas y universales de ser una niña, hija mayor, enamorada, un ser humano que muestra fragilidad, tristeza, nostalgia, esperanza y amor.
Me gustó mucho el imaginario religioso que cruza toda la obra a través de las fotografías, el relato y las palabras que elige. En nuestra sociedad, la religión va más allá de lo pop, lo estético y las prácticas compartidas: articula el rol que las mujeres debemos desempeñar en ella, nos enseña sobre los límites de la vida y la muerte, la culpa, el sacrificio y la búsqueda de la virtud, la tensión permanente entre ser vistas como un tipo ideal inalcanzable de inocencia y virginidad, y el pecado determinado por el juicio colectivo que se reproduce en el hogar, el colegio y las redes sociales.
Vi en el libro una búsqueda de la autora de fe, usando este recurso cultural no como condicionamiento, sino darle forma a una fe sobre la vida proveniente de sí misma, abrazando el “el caos profundo de animo femenino” (del poema “Desde Afrodita”), para lograr ser su propia persona más allá de la familia, el entorno y esa sociedad en la que habita, siendo este poemario un hito fundamental en ese viaje.
Es una obra que visibiliza la importancia de visibilizar nuestras voces, leernos entre nosotras, validar nuestras experiencias y atrevernos a compartir con el mundo nuestras creaciones, sin mediaciones ni grandes pretensiones, pues nos permite ampliar el acervo de literatura feminista que tan seguimos necesitando.