¡Cuando las mujeres hacemos las cosas, la historia avanza!
Las mujeres y grupos históricamente marginados, invisibilizados y violentados hemos luchado sin descanso en todos los espacios por una sociedad más justa, digna, solidaria y que amplíe el reconocimiento de derechos. Esta derrota no es la primera ni será la última, porque la sociedad cisheteropatriarcal, neoliberal y profundamente desigual en la que nacimos nos enseñó tempranamente que debemos mantenernos firmes, organizadas y no rendirnos, porque nuestro compromiso con la democracia, paridad, igualdad, justicia social, económica y climática se fortalecen cuando todas y todes actuamos juntas y juntes.
Así nos lo enseñaron nuestras ancestras, aquellas que nos dejaron su legado, aquellas que acudieron hoy a votar y nos dieron un ejemplo de perseverancia y consecuencia.
Como Club de Té hemos trabajado desde nuestro inicios por construir espacios seguros y redes de apoyo desde un feminismo interseccional, solidario y transnacional, profundizando nuestra movilización política desde el estallido social en función de nuestras convicciones y principios. Estamos orgullosas y orgulloses de lo que hemos hecho en estos años en una comunidad diversa y amorosa, y es desde ahí que queremos sacar la fuerza para ser optimistas frente a los desafíos que se nos presentan.
Estamos en un momento histórico que hace irreversible nuestro proyecto y más temprano que tarde dejaremos atrás a la Constitución del dictador, defendida por quienes no nos representan. El proceso constitucional que acaba de terminar nos dio las herramientas para el debate constructivo y el sueño de que podemos aspirar y hacer realidad un cambio histórico con una nueva Constitución.
Se lo debemos a nuestras ancestras, a las primeras niñas que saltaron los torniquetes en octubre de 2019, quienes dieron la vida por sus ideales en dictadura y postdictadura, por un Chile mejor, por un mejor futuro, a las generaciones que vienen y merecen vivir en un país libre de violencia, solidario, plurinacional, multicultural, con acceso al agua, que protege a todas las personas y seres sintientes en todas sus especificidades y espacios. Nos lo debemos a nosotras y nosotras, porque ese “hacer” no ha sido en vano. En la mesa tomando té, en las calles, en el espacio digital, seguiremos trabajando para que la historia siga avanzando.
Club de Té - Por la Sororidad
Santiago de Chile, 05 de septiembre de 2022.