Declaración del Club de Té en solidaridad con les asistentes al Music Bank Chile 2022

.... y reflexiones personales como una fanática más.

Texto por Constanza Jorquera e Ilustración por @bad.chingu

Estos días han sido muy difíciles y recién hoy puedo compartir algo. En medio de mis reflexiones y rememorar una y otra vez lo sucedido, recordé nuestro Primer Manifiesto (2018):
"En un sistema patriarcal que nos hace creer y actuar en función de que…los “gustos de mujeres” son menores e intelectualmente cuestionables; las mujeres necesitamos espacios seguros donde ser nosotras mismas expresarnos y hacer lo que nos plazca sin pedir disculpas ni sentir culpa, libre del enjuiciamiento patriarcal y de la amenaza hacia nuestra integridad, sólo por el hecho de ser mujeres".
La cultura coreana y el Kpop siempre han estado presentes en nuestro trabajo, a través de nuestros proyectos como talleres, Club de Lectura, podcast Té con Sorité, conversatorios y proyectos de ilustración. Así como el Club promueve espacios seguros, el Kpop también lo es y desde hace casi una década lo es para mí.
Ha formado parte de mi desarrollo profesional, está presente en mi trabajo diario, me ha permitido conocer personas maravillosas de todo el mundo, crear vínculos muy valiosos de amistad y me ha contenido y animado en los mejores y peores momentos. El Kpop genera esa magia que permite inmediatamente conectarte con alguien y articular una comunidad donde podemos ser nosotres mismes y expresarnos con libertad.
Cuando me preguntan cómo el Kpop puede ser un dispositivo político, lo relacionó inmediatamente con el feminismo y la máxima de la segunda ola "lo personal es político". Somos las personas quienes politizamos, significamos, generamos comunidad y damos vida a esto, porque va más allá de un género musical, forma parte de proyectos de vida, relaciones, afectos y fuente de apoyo, especialmente tras un periodo tan oscuro como la pandemia.
Por ello, como Club de Té expresamos nuestra solidaridad y apoyo a quienes participaron en Music Bank Chile 2022. Estuvimos allí, vivimos la terrible experiencia que constituye un trauma colectivo.
Este festival era un sueño que se rompió en mil pedazos, porque no se nos garantizó un espacio seguro ni la experiencia que esperábamos desde hace tanto tiempo. Como habitantes de países del Sur Global, tenemos muy pocas oportunidades de ver a las y los artistas que amamos en vivo, por lo que una oportunidad como esta no se podía perder, y debimos aceptar los altos precios y las malas condiciones del servicio, porque solo una productora domina el mercado. Culparnos por asistir y el continuo gaslighting del cual hemos sido víctimas son expresiones manifiestas de violencia.
Suficiente daño le ha hecho esta productora a una comunidad que por años lleva activa y productiva, y que permitió que Chile se convirtiera en la capital del Kpop en América Latina, y solo la ha instrumentalizado para su beneficio a costa de nuestro perjuicio económico, físico y mental. Somos las personas quienes la hemos construido y nutrido, no las empresas.
Como fans hemos estado unides en los buenos y malos momentos, y seguiremos así, de modo que les animamos a hacer las denuncias correspondientes en el SERNAC.
En el caso de que estás pasando por un mal momento producto de esta situación, te apoyamos y abrazamos. Tus sentimientos son válidos y date el tiempo para procesarlos en tus propios términos.
Si no eres fan de Kpop, te invitamos a solidarizar y visibilizar las demandas de una comunidad valiosa y que merece respeto y dignidad, pero que constantemente ha sido objeto de abusos, infantilización y burlas por asociar el fanatismo a “sentimientos femeninos”, demonizados y no tomarlos en serio por el patriarcado. Nuestra sociedad percibe a les fans de Kpop como menos respetables que otros fandoms y la base de esta diferencia de percepción no radica en nada más que en el sexismo y el doble estándar.
Esto va más allá del prejuicio, es justicia.