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¿Soy una feminista disociativa?

Este post recoge las reflexiones compartidas en el proyecto de ilustración "Fleabag Day" de julio de 2022 y el episodio 94 del podcast Té con Sorité llamado "Feminismo Disociativo".

Texto por Constanza Jorquera e ilustración por Colorinche Macka

¿Estás en tu Fleabag era? Esta tendencia en las redes sociales resuena en millones de mujeres al cansarse de la positividad tóxica y perfecta del feminismo mainstream y romper con el paradigma de la "girlboss" de las primeras dos décadas del 2000, visibilizando la desilusión, el nihlismo y la tristeza en sus vidas. En un debate que va desde la romantización del dolor como una estética, la crítica al feminismo liberal y hegemónico, el rol de la cultura pop en la instalación de personajes icónicos con las que nos sentimos representadas, hasta cuestionar el supuesto privilegio de disociarse y adormecerse para existir con indiferencia, y la problematización de la crisis de salud mental global, asociado a la presión hacia las mujeres por cumplir con las expectativas sociales.

Esto me llevó a plantearle a Cata este tema como uno de los episodios de la sexta temporada de nuestro podcast Té con Sorité hace varios meses cuando estábamos planificando los episodios de la nueva temporada y su concepto, donde quisimos plasmar nuestros cuestionamientos internos (y que cuestan exponer al mundo) sobre que tan "buenas feministas" somos. Podrán escuchar este episodio desde este viernes 03 de febrero en todas las plataformas.

Pese a su popularidad, no vi Fleabag hasta el verano del año pasado después de preguntarle a mi amiga Marta sobre la historia y me aseguró que me gustaría mucho...y tuvo razón, la he visto tres veces y tengo el libro "Fleabag: The Scriptures". Al ser una persona intensa, vi ambas temporadas en un par de días y aluciné con absolutamente todo lo relacionado a la obra, porque no era algo que había visto antes y, como muchas mujeres, me sentí identificada con varios aspectos de la vida de Fleabag.

Ver Fleabag me hizo comprender que es un personaje inherentemente feminista, porque su creadora entiende que el feminismo no es fácil, no impone a las mujeres ningún estándar imposible e irreal. Ella cuestiona su propio feminismo una y otra vez, llamándose junto a su hermana “mala feminista” en varias ocasiones.

Ello me lleva otra vez a referirme al libro Bad Feminist de Roxane Gay, el cual propone resistir la presión de ser perfecta y señala la ironía de las mujeres que luchan contra la idea sexista de que deben ser distintas de lo que son, pero aún exigiendo la perfección de sus ídolos feministas. La palabra feminismo tiene una amplia gama de estándares, y ella sabe que no puede estar a la altura de todos ellos.

Gay admite que el feminismo en sí mismo es "malo" a veces, poniendo énfasis en la invisibilización de las experiencias y voces de las mujeres racializadas, las mujeres queer y las mujeres trans. Aquí tenemos una muy necesaria muestra del lado humano del feminismo; lo identificable y la verdadera lucha de tratar de aceptarnos a nosotras mismas sin juzgarnos, y como ella dice: “prefiero ser una mala feminista que no feminista en lo absoluto”.

La escritora y actriz inglesa Phoebe Waller-Bridge nació el 14 de julio de 1985 y celebraremos su cumpleaños el año pasado por primera vez en un conversatorio virtual para compartir y discutir sobre su obra más reconocida: Fleabag. No me parece coincidencia que ambas seamos Cáncer, estemos de cumpleaños con tres días de diferencia y una de mis pasiones en el Club de Té es usar obras y personajes de la cultura pop para encontrarnos, validar nuestras experiencias y analizarlas desde el feminismo para aprender en el proceso, así que fue una gran idea y espero que podamos celebrarlo nuevamente este año.

En 2007, cofundó DryWrite Theatre Company con Vicky Jones, produciendo obras teatrales, dentro de las cuales se encontraba Fleabag, que Phoebe escribió y protagonizó, interpretándola por primera vez en el London Storytelling Festival el 25 de noviembre de 2012 y luego la primera versión completa de Fleabag. en el Festival Fringe de Edimburgo en 2013. La adaptación a serie televisiva de Fleabag se transmitió en BBC en agosto de 2016, para luego ser transmitida por Amazon Video en septiembre, alcanzó enorme éxito, llegando a ser elegida por la revista Time como una de sus 100 personas más influyentes del mundo en 2020 y galardonada con el Premio de Televisión de la Academia Británica a la Mejor Actuación Comedia Femenina, tres premios Emmy y dos Globos de Oro. Bastante impresionante.

Sin embargo, no había escuchado sobre el concepto "feminismo disociativo" y lo descubrí gracias a un video de TikTok mientras buscaba sonidos para anunciar que celebraríamos por primera vez el Fleabag Day. Fue acuñado por Emmeline Clein en 2019 en referencia a una voz creciente en la cultura pop: un modo de expresión de compartir demasiado a distancia utilizado principalmente por mujeres al narrar sus trágicas experiencias de vida.

De acuerdo a Ione Gamble, editora en jefe de Polyester: “Es un poco desordenada sin proponérselo, no le importa nada, muy abatida con el mundo y apática con su futuro. Pero también, muy consciente de sus emociones”. El feminismo disociativo comenzó a aparecer en todas las redes sociales y artículos en revistas y blogs, dando cuenta del momento en la historia feminista en el que todas estamos, sí, todavía enojadas con el patriarcado, pero también agotadas por luchar contra él viendo que se repiten las injusticias diariamente, mientras intentamos sobrevivir en este sistema y con nuestros propios demonios internos.

La pandemia y el uso masivo de redes sociales han dado un gran impulso a la autenticidad y mostrarnos tal cual somos, incluso en nuestros peores momentos. Ante la incertidumbre y la falta de seguridad sobre el curso de nuestras vidas, las personajes de ficción asociadas al feminismo disociativo son criticas por ser autodestructivas. Cabe destacar que, como sociedad, patologizamos y estereotipamos constantemente el comportamiento de las mujeres, sumado a que al expresar ira y conductas fuera de la norma somos más condenadas que los hombres.

En todos los videos y artículos que he leído me hace ruido la forma en que se trata a los personajes ficticios que representan a este tipo de feminismo, el cual no me parece para nada una categoría, sino dar cuenta de un grupo de atributos y pegarlos de alguna manera por esa obsesión humana de darle un nombre para todo para que se convierta en realidad. Comparto que existe algo de privilegio en poder evadir completamente la realidad y dar rienda suelta a acciones autodestructivas y destructivas con quienes te rodean sin tener ningún tipo de consecuencia o hacer un proceso de accountability. Efectivamente, las referentes más mencionadas como Fleabag, Hannah de Girls, Marianne de Normal People e incluso Carrie de Sex and the City son mujeres jóvenes, blancas, cisgénero con cierta estabilidad económica que viven en el llamado "Norte Global" que nos producen más una sensación de compasión que repulsión.

Sí, necesitamos mayor representación en las películas y series de televisión, pero eso no invalida sus experiencias, traumas, conflictos y condiciones de salud mental que las llevan a ciertas conductas. Algo que he aprendido gracias la terapia y aprender más sobre mi misma poniéndole nombre y conociendo lo que pasa en mi mente y mi personalidad, es que todas las personas disociamos en mayor o menos medida, que a niveles profundos es uno de los síntomas de trastornos de personalidad y que incluso existe uno llamado "trastorno de identidad disociativo (DID)", tras sobrevivir a un trauma complejo o conjunto de ellos durante mucho tiempo.

Yo disocio mucho, todo el tiempo, y entendí que es un mecanismo de defensa para lidiar con el mundo, que se volvió una parte muy arraigada de mi vida diaria y que debo explicar a quienes me rodean lo que me sucedan para evitar malos entendidos y tener una mejor relación. Siento que soy un puente de cuerda y madera muy frágil, inestable, que está a punto de romperse y caer, pero que por alguna razón se ha mantenido funcionando por muchísimo tiempo y sigue siendo funcional.

¿Por qué? Soy de la generación que se crió con el paradigma del empoderamiento y el "girlboss trophe", de hecho tengo el libro #Girlboss de Sophia Amoruso, y vivo en un mundo interior y exterior que constantemente me hace esforzarme enormemente por romper el "techo de cristal", ser exitosa y sentirme prácticamente la encarnación de todos esos eslóganes de posts de Instagram con lettering, boards de Pinterest y poleras feas con frases que venden en el retail. Por otro lado, me volví adulta en las profundidades de Tumblr, Flickr y Vimeo, especialmente Tumblr.

Allí podía sentirme representada por Alexa Chung, Zooey Deschanel, Sylvia Plath y Lana del Rey, mientras veía Girls los fines de semana y expresaba mi angustia de adolescente tardía de muchas formas. He reconocido esa dualidad de la Sad Tumblr Girl, a la cual el arquetipo de feminista disociativa se acopló perfectamente, mientras aspiro a ser una mezcla local de Beyoncé y Hillary Clinton. En el caso de Fleabag, presenta su dolor como si fuera una forma de arte, termina sus veintes y empieza sus treintas sin saber para dónde va su vida, navegando entre una familia disfuncional, la difícil relación con su hermana, el duelo tras la muerte de su mejor amiga intentando mantener vivo su recuerdo y un amor imposible.

Contraria al "personaje femenino fuerte", Fleabag nos muestra la historia sin filtrar de una mujer que lucha con problemas e inseguridades de la vida real: problematiza el romanticismo con la autodestrucción, se equivoca y nos muestra el lado más humano del arquetipo de heroína feminista. En el artículo que dio origen al concepto feminismo disociativo llamado "The Smartest Women I Know Are All Dissociating" de Emmeline Clein, plantea que las niñas aprendemos a disociarnos tempranamente, especialmente en la relación con nuestros cuerpos, y que interiorizamos nuestros dolores y angustias existenciales adormeciéndonos, sonriendo y mostrándonos indiferentes.

Comprendí que ni la "girlboss" ni la "feminista disociativa" son negativas en sí mismas mientras no se las lleve al extremos como iconos y modelos a seguir, porque son productos de sus circunstancias que, si bien son epocales, responden a las mismas problemáticas sistémicas que enfrentamos históricamente. Ser vista e intentar ser siempre inteligente, fuerte, independiente y enmascarar nuestro cansancio y dolor es difícil, se siente como una olla de presión a punto de explotar, además de que muchas veces sentimos hastío o nos vemos sobrepasadas por todos los tipos de feminismos que gran parte del tiempo conflictúan entre sí y se expresan en cazas de brujas en redes sociales e incluso en los espacios públicos y más íntimos.

Reconocer la fatiga, las múltiples contradicciones que habitan en nosotras y la segunda temporada de Fleabag en un viaje de superación personal que puede ser una inspiración, aunque no una imposición que nos veamos obligadas a seguir. Ella apoya a su hermana mientras navega por una relación abusiva, dándole la fuerza para salir de ella, la cubre cuando tiene un aborto espontáneo, la hace reír y la acompaña a lugares que no le son cómodos y se esfuerza, dentro de su torpeza, para que su hermana tenga éxito en su evento laboral. La anima cuando se corta el pelo y la defiende al verla sufrir.

Eso me parece muy valioso, porque se tiende a demonizar a la feminista disociada como egoísta, dañina e incapaz de conectar con la realidad desde la empatía y la bondad. Fleabag pasa la mayoría del tiempo preocupándose por su familia (incluso su papá le dice que es la persona que mejor sabe amar y por eso todo le parece tan doloroso), tratando de enmendar la traición hacia su mejor amiga mientras lleva como puede el duelo no resuelto de su mamá y Boo, las personas más importantes en su vida. Se mantiene optimista, da todo por los demás, hasta que le dice al sacerdote que está cansada y solo quiere que le digan qué hacer, dejar de pensar y tomar decisiones todo el tiempo, y eso es algo con lo que empatizo profundamente.

Es cierto que cuando estamos en un periodo difícil, especialmente si eso va de la mano con enfermedades de salud mental siendo mujeres en un mundo aún bastante hostil en todos los espacios, caigamos en el egoísmo, escapismo para sobrevivir en la miseria patriarcal y capitalista, donde intentar sobrevivir en modo "piloto automático" nos lleve a, de alguna forma, solo tener fuerza física y mental para preocuparnos en una forma no veces óptimas solamente de nosotras.

Me parece injusto que mujeres ataquen a mujeres, es decir, sus creadoras y sus personajes, acusándolas de "glamorizar las enfermedades mentales", porque muchas de ellas usan la sátira para transmitir su mensaje y como una forma de retener como pueden el control de sí mismas y sus obras. Acceder a una terapia adecuada y redes de apoyo es sumamente difícil, y sabemos que las mujeres (incluyo también a las disidencias) no somos diagnosticadas y tratadas de forma óptima y multidimensional, siendo postergadas por no solo por la psiquiatría y la psicología, sino que por la sociedad en general.

Fleabag ha actuado mal y ha cometido errores graves, pero no es una mala persona, sino alguien profundamente perdida y sola que solo puede conectar con la audiencia al romper la cuarta pared (y el "Hot Priest", pero eso da para otro post) cuando disocia, lo que va disminuyendo a medida que aprende a valorarse a sí misma, reconstruye su identidad y el vínculo con su hermana, hasta que se despide pidiéndonos que no la sigamos y se aleja en medio de la oscuridad caminando por una solitaria calle inglesa.

La protagonista "mujer dañada" no desaparecerá de los medios y no sé si alguna vez dejaré de disociar por completo, pero sí quiero intentar manejarlo, trabajar en la autocompasión y dejar de culparme por todo, así como ocurrió en el viaje de Fleabag,

Enmascarar, quejarse, disociar, corte de pelo que me hace parece un lápiz, todo a la vez.

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