Cargando...

La dominación colonial en Babar

Texto por Constanza Jorquera e ilustración por Tecito de Frutilla

TW: En este post se harán referencias a discursos racistas, muerte, violencia colonial asociada con la esclavitud y violaciones a los derechos humanos.

Amo a Babar y siempre lo haré, y este sentimiento supone interesarme en analizar la obra de forma crítica, con el objetivo de obtener lecciones que nos permitan dialogar y abordar la historia de forma honesta y abierta.

Al igual que otras caricaturas que veía en la infancia, tengo recuerdos vagos de ver la serie en televisión y me parecía muy linda e interesante, especialmente porque eran elefantes y otros animales que usaban ropa. Siempre me gustaron mucho los animales y tenía varios libros sobre ellos cuando era niña, algunos de los cuales tengo hasta hoy y hay un elemento en ellos que recuerdo muy bien: a todos los animales les dibujaba una corbata o un moño (acá le decimos “humita”) y algunos tenían sombreros ... probablemente fue el impacto que tuvo Babar en mi.

“Histoire de Babar, le petit éléphant” fue publicado por primera vez en 1931. Su autor y pintor de profesión, Jean de Brunhoff (1899-1937) se inspiró en una historia que contaba su esposa Cecile a sus hijes y comenzó a ilustrar para su familia, mientras que amigues de la familia en el negocio editorial convencieron a De Brunhoff de que publicara el libro de Babar, y su éxito fue inmediato y sorprendente.

Sin embargo, murió cuando solo tenía 37 años por tuberculosis tras publicar los cinco primeros libros, pero su hijo Laurent, quien también se convirtió en artista, continuó publicando sus obras, llegando a más de 45 libros de las aventuras de Babar, quien ha sido apodado “el francés más famoso del mundo” y aplaudido por el General Charles de Gaulle por proporcionar "una cierta idea de Francia".

El mismo año de publicación del primer libro de Babar, se realizó la Exposition Coloniale Internationale (Exposición Colonial de París), un evento anual, donde se mostraban los éxitos de las potencias coloniales mediante pabellones que cada una de ellas tenía y Francia presentó artistas y creadores de sus 47 colonias para “entretener” a quienes asistieron a la exhibición al resaltar el exotismo y los beneficios del control francés de lugares exóticos lejanos como corazón de la exposición. Incluso, hubo elefantes que posteriormente formarían parte del gran zoológico de París, el Jardin Zoologique du Bois de Vincennes.. Este periodo también fue la última etapa de los llamados “zoológicos humanos” en Europa, siendo el más famoso el ubicado en el Jardín de Aclimatación de París.

Laurent de Brunhoff confirmó que su padre había asistido a la exposición y que tuvo un impacto en la historia de Babar:

En 1926, mi padre también visitó la Exposición Colonial de París. Esto fue muy importante para la historia de Babar. Importaron toda una tribu de África y construyeron una aldea. Probablemente de ahí surgió la idea de mi padre para las cabañas en Celesteville. Tuvo un gran impacto en la imaginación de los parisinos”.

En esta labor recopilatoria, se dio cuenta de que los primeros libros de Babar contenían insinuaciones racistas, especialmente en aquellos como Babar's Travels, el cual fue prohibido en bibliotecas del Reino Unido y fue ampliamente criticado por mostrar a personas africanas portando lanzas, con labios exageradamente grandes y rojos, y extremidades alargadas, quienes le quitan la ropa a Babar y se la ponen de manera incorrecta, mostrando lo “ignorantes” e “incivilizados” que son. El propio Laurent Brunhoff retiró el libro y se reeditó en 1991.

A primera vista, Babar produce una gran fascinación y admiración por la historia de un elefante joven que escapó de la jungla y se civilizó en la gran ciudad, regresando en la adultez a su comunidad convertido en rey para llevarla hacia el progreso y una vida en armonía, trayendo con él todo su conocimiento.

Babar provenía de una familia real, pues su abuelo era el rey de los elefantes. Nació de una madre amorosa en un bosque tropical, sin especificarse un lugar real en África, y su infancia idílica en la comunidad de elefantes es brutalmente interrumpida por un cazador blanco que dispara contra su madre.

En este primer movimiento, de Brunhoff se acerca a la idea de la sociedad como corrompedora del idílico estado de naturaleza; la idea de Rousseau de la que emanaría, al fin y al cabo, el ecologismo y en general todas las pequeñas ideologías críticas de la modernidad o críticas de Occidente que constituyen nuestra ética actual” (Santiago Gerchunoff, 2016).

Tras el asesinato de su madre por un cazador cuando era pequeño, migra hacia Paris y es tomado como discípulo, mas bien, es adoptado, por una señora adinerada quien lo educa llamada en el libro la Vieille Dame. Ella le enseña a caminar erguido, tener modales y compartir con personas. Cuando Babar conoció a esta dama, estaba desnudo con un perro callejero mientras ella paseaba a su perro usando un suéter. Le compra ropa y lo “adopta”, aprende a dormir en una cama, le regala un automóvil como símbolo de adultez y movilidad social, siendo la salvadora blanca del pobre niño africano huérfano.

Dos de sus primos elefantes, Arthur y Celeste (que se convierte posteriormente en su esposa), finalmente huyeron para unirse a Babar en París, quien les enseña lo que ha aprendido, y ahora elles también son "civilizades".

Cuando las madres de Arthur y Celeste vienen a llevarles a casa, Babar decide acompañarles y se produce otra escena controvertida. Babar, Celeste y Arthur viajan en automóvil que él conduce, mientras las madres elefantes les siguen desnudas, incivilizadas corriendo.

Después de un tiempo en la ciudad y de disfrutar la vida cosmopolita en la capital de la ilustración y la revolución liberal, Babar se da cuenta de que extraña su hogar y regresa a África, justo cuando el rey de los elefantes muere por comer un hongo venenoso. La dama, una figura materna y misionera, lo acompaña en esta nueva etapa de su vida junto a sirvientes y amigos.

Mis queridos amigos, estamos buscando un rey, ¿por qué no elegir a Babar? Viene de la ciudad, ha aprendido mucho de los hombres. Démosle la corona".

Babar se casa con su prima Celeste y ella se convierte en reina. El primer libro termina con Babar y Celeste en un globo aerostático, listos para viajar por el mundo en su luna de miel, lo cual podemos ver en el libro siguiente “Los viajes de Babar”, publicado en 1932.

En este segundo libro, vemos como unos “salvajes” atacan a Babar y Celeste mientras se encontraban acampando, y el heroico rey logra derrotarlos para seguir con su viaje, donde incluso dan un paseo sobre una ballena y son reclutados en un circo del cual logran escapar.

En la tierra de los elefantes cuadrúpedos, el elefante bípedo es el rey

Una posición sostiene que el autor tenía como objetivo hacer una sátira, incluso una crítica a la sociedad francesa. Sin embargo, varios análisis a lo largo del tiempo han establecido que las aventuras de Babar son una alegoría del colonialismo francés en África.

El dramaturgo, ensayista, novelista y poeta chileno Ariel Dorfman se refirió a la obra de Brunhoff en su libro de 1983, “The empire's old clothes: What the Lone Ranger, Babar and Other Innocent Heroes Do to Our Minds”, eligiendolo junto a El llanero solitario y Reader's Digest como casos para plantear su tesis de cómo se forma nuestra conciencia.

Para Dorfman, la historia de Babar tiene rasgos colonialistas y racistas y advierte que les niñes entran en contacto con una narrativa implícita que "justifica y racionaliza los motivos de una situación internacional en la que algunos países lo tienen todo y otros casi nada [...] no es otra que la realización del sueño colonial de los países dominantes: la dominación sin lágrimas”.

Vemos como Babar, quien camina en dos patas y usa un elegante traje, sombrero, maneja un automóvil y es un prolífico intelectual, se presenta ante sus semejantes en África como un salvador. Se distinguía de los demás elefantes y la comunidad comparte que es el más idóneo para gobernar el reino.

Al igual que Babar al llegar a Francia, los elefantes están “desnudos” en su hábitat natural y, tras las enseñanzas de su nuevo rey y las políticas educativas que se implementan, comienzan también a usar ropa y caminar erguidos.

En una entrevista realizada en 2014, se le preguntó a Laurent de Brunhoff, hoy de 95 años, sobre la crítica de Dorfman, a lo que respondió:

Creo que es correcto. Absolutamente. De alguna manera, es un poco vergonzoso ver a Babar peleando con los negros en África. Mi segundo libro, “Babar's Picnic”, también se inspiró en los dibujos de mi padre. Algunos años después, me sentí avergonzado por este libro y le pedí al editor que lo retirara”.

Babar o Civilización y Barbarie en las tierras africanas

Sí, esto es una referencia al libro “Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas” del intelectual y educador argentino Domingo Faustino Sarmiento publicado en 1945, curiosamente, en Chile al encontrarse en nuestro país exiliado.

Para Sarmiento, el objetivo civilizador de las repúblicas hispanoamericanas debía ser la importación de las ideas europeas y la superación de los que llamaba modos de vida y pensamiento rurales (considerados atrasados) que existían, por ejemplo, en la pampa argentina. Conocida es la crítica del intelectual cubano José Martí quien en 1891, sin nombrar a Sarmiento, se mostraba contrario a su proyecto civilizador pues “no hay batalla entre la civilización y la barbarie [..] sólo [una] entre la falsa erudición y la naturaleza”.

Para Sarmiento, una de las causas de la barbarie en las zonas rurales era la gran distancia con las capitales, lugares de civilización por excelencia, pues su aislamiento les impedía a sus habitantes socializar con personas educadas ni participaban en la “vida pública”. En las capitales se encontraba el comercio, las artes, los valores ilustrados y las técnicas del progreso y para “civilizar” la pampa argentina, se necesitaba un gobierno fuerte capaz de reprimir, derrocar los caudillismos y emprender políticas educativas.

Estas ideas eran bastante extendidas en Europa, solo basta una muestra de intelectuales de la época como Georg Wilhelm Friedrich Hegel quién señaló que “África no es una parte histórica del mundo” o David Hume quien expresó “tengo tendencia a sospechar que los negros son naturalmente inferiores a los blancos. Casi nunca hubo una nación civilizada de esa complexión, ni siquiera un individuo, eminente ni en acción ni en especulación. No hay manufactura ingeniosa entre ellos, ni artes, ni ciencias”.

La historia de la colonización europea evidencia patrones en las experiencias de los pueblos colonizados. Babar representa aquel elefante “bueno” y lo “suficientemente inteligente y capaz” que es llevado a la metrópoli, imbuido de su cultura, asimilado y luego devuelto a su país, lo que ocurrió con múltiples estudiantes africanos que estudiaron en Francia.

Frantz Fanon, psiquiatra, filósofo y revolucionario martiniqués (Martinica es un territorio de ultramar de Francia), y autor del famoso libro “Piel negra, máscaras blancas” publicado en 1952 y una de las obras claves del pensamiento anticolonial y antirracista (quien es citado en el libro de Ariel Dorfman), planteó que las personas afrodescendientes, producto de la colonización donde se impone fuertemente una cultura dominante, poseían una autopercepción de inferioridad respecto a la figura del colonizador blanco, de modo que muchas de ellas buscarán imitar y apropiarse del imaginario cultural del centro, asumiendo como propios los valores de los subyugadores blancos.

Esto se expresa en la pérdida de las lenguas originarias y la adopción de la lengua del colonizador, así como la búsqueda de “ser como el centro” en todas las dimensiones posibles. También se manifiesta en personas con mayor educación y recursos, quienes buscan “blanquear” su identidad para pertenecer al ideal europeo. Por lo tanto, Babar es la representación de esta tesis, incluso en la posición de víctima pues su condición de orfandad y desarraigo en una tierra extraña lo hicieron vulnerable a este proceso de asimilación que experimenta tras vincularse con la Vieille Dame.

Los primeros africanos que fueron esclavizados lucharon con sus vidas por alcanzar la libertad, justicia y reparación. Si bien obtuvieron la libertad, la justicia y la reparación es una lucha que aún continúa y muchas organizaciones compuestas por países que fueron colonizados se han manifestado públicamente al exigir el pago de reparaciones por el genocidio indígena, masacres, trata transatlántica de personas para convertirlas en esclavos, sistemas coloniales racializados y saqueos coloniales.

Se calcula que entre 12 y 17 millones de personas fueron desplazadas forzosamente desde África a América, sin contar quienes murieron al resistirse y durante los viajes, y si sumamos el desplazamiento hacia Europa, la cifra sería aún mayor. Las mujeres esclavas, en particular, soportaron una triple violencia: además del trabajo forzoso en las condiciones más duras, sufrieron formas extremadamente crueles de discriminación y explotación sexual.

La trata de personas para la esclavitud corresponde a los patrones de comercio transatlántico que se establecieron ya a mediados del siglo XVII, donde se estableció un sistema y rutas comerciales específicos: los barcos zarpaban desde Europa con un cargamento de productos manufacturados hacia la costa occidental de África y allí estos bienes se intercambiaban por personas capturadas por comerciantes africanos o europeos que se habían asentado previamente, conocidos como “cazadores de esclavos”, ya que era más fácil para los europeos contar con estos intermediarios.

Durante el viaje en las bodegas de los barcos en condiciones inhumanas, de modo que muchas personas no lograron sobrevivir. En el tramo final de la ruta transatlántica, los barcos europeos regresaron a sus países de origen con cargamentos de azúcar, algodón, ron, tabaco y otros artículos de "lujo" como metales preciosos y, más tarde, cacao y café.

Después de la abolición de la esclavitud que se produjo en varias etapas durante el siglo XIX, los países europeos, a través de masacres, colonizaron el continente africano y lo dividieron geográficamente en la Conferencia de Berlín celebrada en 1884-1885.

En estos pueblos se podrían encontrar organizaciones políticas complejas y avanzadas como gobiernos, reinos, ciudades-estado e incluso imperios. Algunas de las otras grandes civilizaciones del mundo, como Songhay, Kemet, Kush, Axum, Malí, Nubia, Ta Seti y el Gran Zimbabwe surgieron en África previo a la colonización, de modo que con la llegada de los europeos fueron destruidas o reorganizadas según los intereses de las metrópolis.

Muchas de estas sociedades habían resuelto problemas agrícolas difíciles y habían desarrollado técnicas avanzadas de producción de alimentos y otros cultivos y estaban involucradas en redes comerciales locales, regionales o incluso internacionales. Algunos pueblos eran hábiles mineros y metalúrgicos, otros grandes artistas en madera, piedra y otros materiales. Muchas de las sociedades también habían acumulado un gran acervo de conocimientos científicos y de otro tipo, algunos de ellos almacenados en bibliotecas como las de Tombuctú, pero algunos se transmitían oralmente de generación en generación.

También se desmantelaron los sistemas económicos que derivaron en una profunda pobreza, desigualdad, así como múltiples conflictos étnicos, religiosos y territoriales cuyas consecuencias se manifiestan hasta la actualidad. Asimismo, podemos hablar de un genocidio cultural, pues se destruyeron lenguas, religiones, tradiciones, espritualidades, saberes e identidades, muchas de las cuales han sido rescatadas, mantenidas y reivindicadas por las propias comunidades con mucho sacrificio.

El colonialismo europeo impuso el darwinismo social, que justificó la discriminación, la violencia y el exterminio, articulando el racismo que podemos ver todos los días en nuestras sociedades. De allí que la imagen civilizatoria que vemos en Babar es solo una más de una amplia arquitectura de ideas y prácticas que nos hacen creer que, antes de la llegada de los colonizadores, no había nada, solo salvajismo y barbarie.

Las potencias coloniales recurrieron a la deuda para mantener a las antiguas colonias dominadas. Parte de las deudas contraídas por las autoridades coloniales con bancos de sus países para sus colonias fueron luego transferidas a los países recién independizados sin su consentimiento.

Haití tuvo que pagar una indemnización de 150 millones de francos a Francia desde 1825 a 1846, amenazando al país con una invasión militar y la restauración de la esclavitud, mientras que más de una decena de países africanos siguen pagando reparaciones a Francia por los “bienes” que recibieron durante la colonización y condiciones injustas de tratados comerciales y préstamos.

En 2001, el parlamento francés aprobó la ley sobre el reconocimiento de la trata de esclavos y la esclavitud como crimen de lesa humanidad, estableciendo que “la República Francesa reconoce que la trata transatlántica de esclavos y la trata de esclavos en el Océano Índico por un lado, y la esclavitud por otro, perpetrada a partir del siglo XV, en las Américas y el Caribe, en el Océano Índico y en Europa contra las poblaciones africana, amerindia, malgache e india constituye un crimen de lesa humanidad”, pero se eliminó la sección sobre reparaciones que la ley original establecía.

Durante casi 250 años, desde mediados del siglo XVI hasta la abolición en 1807, Reino Unido desempeñó un rol clave en el secuestro, la esclavitud y la trata de personas de África occidental. Se convirtió en la potencia económica más importante del mundo gracias al comercio injusto y el poder militar basado en en el desarrollo tecnológico e industrial que garantizó su superioridad en cualquier conflicto.

Por su parte, tras la abolición de la esclavitud en sus colonias a partir de 1833, en Reino Unido se estableció la Ley de Abolición de la Esclavitud, que comprendía un 40% del presupuesto nacional en ese entonces para pagar a familias esclavistas por su pérdida de "bienes". La cantidad de dinero era tal que el gobierno británico completó los pagos del Préstamo para la Abolición de la Esclavitud en febrero de 2015, donde el Primer Ministro David Cameron dijo en un discurso ante el Parlamento de Jamaica el mismo año que los jamaiquianos deberían asumir la esclavitud como “algo del pasado” y que era “hora de superarlo”.

Después del proceso de descolonización surgieron nuevas formas de dominación y violencia, como la explotación de recursos naturales mediante el extractivismo, intervenciones militares, apoyo a dictaduras que han ejercido terrorismo de Estado durante décadas, violaciones a los derechos humanos, comercio de armas y las guerras, imperialismo económico y degradación medioambiental.

Tras múltiples levantamientos sociales alrededor del mundo desde 2019 y el auge del movimiento Black Lives Matter en 2020, muchas estatuas de figuras emblemáticas del colonialismo europeo comenzaron a ser derribadas, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, se opuso estatuas de personajes históricos, como Jean-Baptiste Colbert, quien escribió el Código Negro en el siglo XVII e institucionalizó la esclavitud y la plasmó en el derecho francés moderno, declarando que Francia “no borrará ningún rastro o nombre de su historia [...] La república no derribará ninguna estatua”.

El gran problema con las declaraciones vacías y creación de comisiones de investigación es que no generan compromisos vinculantes y las antiguas potencias coloniales no se hacen responsables de políticas mínimas como, por ejemplo, devolver bienes culturales que fueron saqueados y que hoy están exhibidos en museos.

El cálculo de lo que los países colonizadores deberían reparar a sus antiguas colonias en términos de bienes robados, recursos saqueados, mano de obra explotada por esclavitud y genocidio requiere una enorme labor multidisciplinaria y, de todas formas, cualquier “reparación” es inconmensurable y la deuda real es incalculable para “compensar” todo el sufrimiento y daño causado, pues las comunidades racializadas han experimentado la exclusión sistemática de la educación, empleo y beneficios sociales.

Las ex potencias coloniales no se han enfrentado completamente a su propia historia imperial ni mucho menos se han disculpado, ya que hacerlo supone allanar el camino para las reparaciones. Esto da cuenta de cómo estas percepciones solo sirven para reforzar los sistemas de poder basados en la superioridad racial y étnica, lo que supone que calificar como “irreal” o “extremo” el debate de las reparaciones proviene de quienes no quieren pagarlas ni reconocer que “se equivocaron”.

Hacerse francés es hacerse humano y ser superior

Babar fue una obra fundamental para el imaginario francés de la primera mitad del siglo XX, en un periodo donde el Estado intentaba por todos los medios mantener la idea de las virtudes del sistema colonial. Se sabía que bajo la tutela de Francia existían territorios fantásticos con animales, leyendas, misterios y aventuras.

En el tercer libro, “El Rey Babar”, publicado en 1933, Babar y Celeste regresan a casa tras una larga luna de miel, encontrándose con una guerra entre los elefantes y los rinocerontes. Babar diseña toda una estrategia militar para derrotarlos y tanto Celestre como la Vieja Dama cuidan a los heridos en un rol de “enfermeras”, siendo esta última nombrada consejera del Rey Babar y, tras el nacimiento de sus hijes Pom, Flora, Alexandre e Isabelle, se desempeña como “niñera” e “institutriz”, al igual como lo hizo con Babar.

Tras esta victoria, Babar decide crear Celesteville, utilizando todo lo que habían traído de su viaje y se convierte en una metrópoli que cuenta con una escuela, biblioteca, instalaciones de danza, teatro, música y cine, jardines muy similares a Versalles, canchas deportivas y casas idénticas para todos los habitantes. Era la visión de Babar de un Estado próspero para su comunidad de elefantes.

Se realizan festivales, desfiles militares (sí, se conforma un ejército de elefantes, lo cual no es malo en sí, pues todos los Estados necesitan la función de defensa nacional) y los elefantes comienzan a especializarse en oficios, es decir, cada habitante tiene un rol en esta nueva sociedad ordenada, pacífica y civilizada. Existen episodios en los libros y en la serie donde los elefantes asisten al teatro con tuxedos, vestidos de noche y tiaras.

Es gracias a este gobierno moderno en Celesteville que los elefantes africanos pueden vivir prósperamente. Desde muchas perspectivas, monarquía constitucional ha sido considerada como una de las mejores formas de gobierno por múltiples razones, por ejemplo, el monarca defiende el estado de derecho y su capacidad de unir a las personas, especialmente en momentos difíciles y servir a su pueblo por sobre intereses partidarios; la estabilidad del sistema político en sí (efectivamente, las monarquías constitucionales que existen en el mundo en la actualidad son bastante estables y tienen altos índices de transparencia); tendrían menor propensión a la corrupción y son más confiables al ser parte al caracterizarse por la continuidad jurídica, autolimitación y tendencia a la moderación; sumado a que tienden a contar con buenas relaciones diplomáticas con otros Estados, al menos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Según la Organización de Naciones Unidas, siete de los diez países del mundo en los primeros lugares en términos de calidad de vida son monarquías constitucionales.

También debemos reconocer que, en realidad, es que sin África y todas las colonias alrededor del mundo, ese mundo, como lo conocemos hoy no existiría.

¿Por qué? Las colonias fueron la base de la modernización y desarrollo económico de Europa, pues la extracción de sus recursos naturales fueron la clave para la dinamización de la economía mundial y las grandes riquezas en nuestro planeta tiene su base, de alguna forma, en un sistema internacional basado en la explotación humana y de la naturaleza que se extendió por siglos.

Usualmente vemos a economistas, historiadores y profesionales de todas las áreas buscando la razón por la cual África y otras regiones periféricas padecen de problemáticas estructurales que obstaculizan su desarrollo, usualmente culpando al mal manejo de sus gobiernos, corrupción, carencia de industria, baja inversión en innovación y tecnologías. Efectivamente, corresponde a un conjunto de factores, pero éstos se configuraron como consecuencia directa del despotismo colonial.

En este sentido, la historia de Babar responde al imaginario colonial de la época en el cual la familia de Brunhoff estuvo inserta, de modo que aquello que aparece en los libros corresponde a la visión del mundo que se tenía de los pueblos en las periferias y el rol de las potencias europeas, la cual no ha desaparecido del todo.

París continúa siendo un lugar ideal para muchas personas, los valores liberales se encuentran en el corazón de nuestras instituciones y el racismo, xenofobia y colorismo están más presentes que nunca en todo el mundo, donde personas son atacadas, humilladas y hasta asesinadas por su identidad racial. ¿Es malo admirar a Europa y fascinarnos con la estética parisina? No, en absoluto, lo importante es conocer lo que subyace a este imaginario y disfrutarlo de forma consciente e informada.

El mundo de Babar fue creado para les niñes y, en mi visión, en vez de cancelar la obra para siempre y prohibir que disfrutemos de los personajes y las historias, podemos utilizar este mundo como una forma para conocer e involucrarnos críticamente en el mundo, pues borrar a Babar no borrará siglos de dominación colonial y es a través de la obra de Jean y Laurent de Brunhoff que podemos hacernos cargo de esto y aprender de una forma amable y cercana. Conocer lo positivo y lo negativo de aquello que disfrutamos, formando nuestra propia opinión y ser capaces de reflexionar para crear una mejor sociedad a partir de estas historias es un ejercicio que todes deberíamos hacer.

Babar y su familia fueron víctimas de un sistema colonial, conociendo en los primeros libros el lado más oscuro y cruel del accionar humano, desde el asesinato de la madre de Babar hasta ser esclavizados como animales de circo junto a Celeste. También se muestra el lado bueno, pues si bien la Vieja Dama es un estereotipo y carga en sí misma una sociedad ilustrada e imperialista, es la única humana a la que le vemos el rostro, quien se preocupó y amó con todo su corazón a Babar como si fuera su hijo, sin importar su origen o especie, y lo acompañó por el resto de su vida en la conformación de un gobierno justo y próspero, así como en la crianza de Pom, Flora, Alexander e Isabelle como si fueran sus nietas y nietos.

Si bien corresponde a una narrativa de la superación e incluso cómo acceder a los privilegios te permite ascender socialmente, Babar logró salir adelante y convertirse en un buen gobernante, tomando sus experiencias traumáticas para tomar decisiones correctas y enseñar a sus hijes a superar los obstáculos.

En las páginas de las aventuras de Babar y en los capítulos de la animación, se presentan temas bastante interesantes para reflexionar, por ejemplo, cómo ser un buen gobernante, el manejo de los conflictos, convertirse en adulto, el valor de la justicia y la bondad, que están representados en el personaje de Babar quien, en su visión (y podemos discutir su rol como “agente colonizador”), hacía todo lo posible por brindarle felicidad y bienestar a su pueblo. Fue un gran padre, esposo y gobernante, producto de un sistema cuyas ideas y prácticas se expresan hasta nuestros días.

¿Qué lecciones podemos obtener de Babar?

Como lo hemos resaltado en discusiones similares, lo primordial es escuchar las voces y conocer las experiencias de las personas racializadas. Existen múltiples organizaciones y plataformas en redes sociales de activistas racializades donde podemos informarnos y aprender, pues junto con compartir sus testimonios y realizar actividades de concientización, a menudo comparten múltiples recursos bibliográficos que podemos utilizar.
Esto implica contribuir a visibilizar sus proyectos, contenidos y reivindicaciones.

Educarnos sobre nuestras propias experiencias como periferias colonizadas, reconociendo el legado de este proceso en nuestras sociedades a nivel político, económico y socio-cultural. También podemos buscar información sobre quienes nos antecedieron a nivel familiar o a nivel más amplio en nuestra región, y con esta nueva información, realizar una especie de cartografía o árbol genealógico para comprender quiénes somos y de dónde venimos.
Como Club de Té, contamos con varios proyectos que apuntan a este propósito, como la Carpeta de Mujeres Autoras, Talleres de Autoformación Feminista, Club de Lectura y los proyectos de ilustración “Phenomenal Woman: Mujeres fenomenales que marcan nuestra historia” y “Nuestra Genealogía Feminista”.

Cuestionarnos: reflexionemos sobre aquel contenido que consumimos regularmente, como medios de comunicación, series, películas, libros, blogs y cuentas que seguimos en redes sociales; preguntándonos sobre la normalización de ciertos discursos y prácticas que nos pueden causar humor o que ni siquiera notamos como racistas y discriminatorias.
Esto nos ayudará a realizar un ejercicio introspectivo para mejorar, reconocimiento aquello en nosotres que ha estado mal, ya sea por ignorancia, imitación o cualquier motivo, y mejorar día a día. Claramente no somos las mismas personas que hace un año, cinco o diez, y eso es maravilloso, pues tenemos la capacidad de aprender y cambiar.

Compartir y apoyarnos, pues este es un proceso complejo que difícilmente podemos llevar a cabo individualmente. Conversar con personas de confianza sobre estos temas y formar redes de apoyo territoriales y/o virtuales nos permiten ampliar nuestras visiones de mundo en espacios seguros de respeto mutuo.

Fuentes consultadas:

- Ariel Dorfman (2010). The Empire's Old Clothes: What the Lone Ranger, Babar, and Other Innocent Heroes Do to Our Minds. Durhman: Duke University Press Books.

- Colonialism: ‘France has to acknowledge the contradictions in its history’, Ayrault, publicado el 06 de julio de 2010 en el sitio web de The Africa Report. Obtenido desde: https://www.theafricareport.com/31308/colonialism-france-has-to-acknowledge-the-contradictions-in-its-history-ayrault/

- Colonialism for Kids: The Racist Origins of Babar the Elephant, publicado 09 de octubre de 2017 desde el sitio web de Netshark. Obtenido desde: https://nextshark.com/colonialism-kids-racist-origins-babar-elephant/

- Daron Acemoglu y James Robinson (2010). “Why is Africa poor?. Economic History of Developing Regions, 25 (1): 21-50. Obtenido desde: https://scholar.harvard.edu/jrobinson/files/jr_africanpoverty.pdf

- Domingo Faustino Sarmiento (2011). Facundo. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires.

- Frantz Fanon. Piel negra, máscaras blancas (2009). Madrid: Ediciones Akal.

- Laurent de Brunhoff Reveals Shocking Beginning of Beloved Babar Series, publicado el 23 de diciembre de 2014 en el sitio web de National Geographic. Obtenido desde: https://www.nationalgeographic.com/animals/article/141224-babar-elephant-culture-animal-conservation-ngbooktalk

- Santiago Gerchunoff (2016). Babar republicano, Elmer liberal: A lomos de los elefantes que encarnan la historia de la literatura infantil del siglo XX. Dossier Nº 33. Obtenido desde: https://revistadossier.udp.cl/babar-republicano-elmer-liberal-a-lomos-de-los-elefantes-que-encarnan-la-historia-de-la-literatura-infantil-del-siglo-xx/

Galería de imágenes

La Exposición Colonial de París por @javieraquimera

La infancia de Babar por @marina.ce.ilustra

El impacto de Babar en el mundo por @kanishcat

Los elefantes utilizando ropa europea por @mariolaviviaenelmar

La vida en Celesteville por @zelayaworks

La vida en África de Babar por @zayha_z

Babar y la Vieja Dama por @alejandra_laos

Contra la caza de elefantes por @colorinchemacka

Rey Babar y su gobierno por @colorinchemacka

Racismo y supremacia blanca en Babar por @mariolaviviaenelmar

El colonialismo en África por @Pina_sinpizza

La educación europea de Babar por @topopanda.nmsnm

Jean de Brunhoff y su familia por @nachamarquez

Contra la caza de elefantes por @_camilki

Babar y sus amigues por @tecitodefrutilla

Jean de Brunhoff y su familia por @nachamarquez

Babar, Celeste y sus hijes por @zayha_z

Babar, Arthur y Celeste regresan a África por @_mariana_tapia_

El viaje de Babar y Celeste por @cam.estela